Siendo todo lo sincero que puedo ser, este periodo de mi vida creo que ha sido el más duro de mi corta existencia. De estos cerca de 3 meses ganan los buenos momentos a los malos, lo mejor de la mente humana o al menos en mi caso que de lo malo se olvida uno pronto, y la increíble evolución del cuerpo humano.
Quizás de lo que estoy más orgulloso es de mi optimismo, siempre he dicho que no puedo entender como alguien puede sufrir una depresión, yo en este periodo creo que tuve más que motivos, quizás eso es mi mayor fortaleza. Como ya dije solo tuve dos días tristes y malos pero no fueron ni días solo fueron horas.
Los primeros días fueron malísimos, dos operaciones en apenas dos días, del primer quirofano recuerdo ese taladro en las manos de un doctor, después la tibia atravesada con un hierro y colgando de la pierna 4'5 kg. También recuerdo cuando me cambiaron las sábanas de la cama para la segunda operación, mi hermano Alfonso lo sufrió vaya angustia tuvo que pasar. De la segunda operación lo que más temía era la epidural, ya tuve una anterior experiencia con la epidural y en esa experiencia me dio un latigazo la pierna, y como comprenderéis un latigazo con el femur destrozado no hubiera sido gracioso. Gracias a Dios mi experiencia con la epidural fue esta vez satisfactoria. Recuerdo de esa segunda operación como el maravilloso Doctor Alvarado, preguntaba por sí tenían tornillos, porque se llevó una grata sorpresa cuando vio mi pierna, porque estaba peor de lo previsto.
Luego vinieron 28 días ingresados, con fiebre-destemplanza, lo peor la primera semana y media, después gané mucha movilidad y perdiendo el dolor progresivamente. Ningún día estuve solo, ninguna noche estuve solo, a pesar del coñazo que era, dormía una media de 3 horas, había días que dormía 1 hora. Como hazaña mi padre durmió los 7 primeros días conmigo, mi madre cada mañana venía a asearme a las 8 en punto para después seguir trabajando, porque mi madre al igual que mi padre son trabajadores natos. Mi novia, pasaba horas y horas conmigo, todos los días, de 9 de la mañana a 22 pm, días que se quedaba a dormir y al día siguiente seguía. Alfonso es una persona maravillosa, me demostró por sí me quedaba alguna duda el buen hermano que es. Y los chicos Jacobo y María ídem.
De mis amigos pues especialmente Miguel, Alfredo,Tío Pepe y Fatima miles de ofrecimientos y visitas, todos Navajas, Víctor y Noelia, Carvajal, Enrique,Fran y Marta (en la distancia)...todos mucha gente.
De los 28 ingresados, sentí que la habitación 132 era mi casa, la clínica Asisa me trató exquisitamente.
Para terminar, si a esta batalla la he vencido nada me va a parar. Aunque aún me queda mucho cada día que pasa me siento más victorioso.
Mucho ánimo a todos!!! Especialmente a los que lo pasan mal!!!
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